Calentamiento global, pero, ¡qué frío!

Por Eduardo Agosta Scarel*

En el post anterior vimos que este año 2016, como el anterior 2015, serán un año de importante “calentamiento global”. Es decir, que la temperatura media global de superficie estará entre los valores más elevados registrados en el período instrumental (desde al menos 1851 hasta el presente). Todo ello por la combinación de dos procesos: tuvimos un año 2015 de “súper El Niño” que desde el océano Pacífico entregó a la atmósfera tanto calor acumulado durante varios años anteriores en los cuales gozamos de una “relativa calma” en cuanto a calentamiento global. Este exceso de calor se había almacenado en el océano lentamente y ampliamente, a causa del desbalance energético radiativo, causado por la constante y acumulativa emisión de Gases de Efecto Invernadero (entre ellos, el dióxido de carbono) debido el consumo de combustibles fósiles, deforestación y el cambio de uso de suelos.

Sin embargo, por estas latitudes del cono sur de América Latina, nos preguntamos ahora si no es otra broma esto de que el año 2016 será tan caliente, al menos como el 2015, el cual registró un calentamiento de más de 1,15°C en promedio global. Nos sonreímos al escuchar esto porque desde hace un par de meses el otoño avanzó sobre nosotros como uno de los mejores inviernos. De hecho, mayo en la provincia de Buenos Aires ha sido uno de las más fríos de los últimos 60 años.

Pues bien, qué mejor ejemplo para entender el calentamiento global que este frío que estamos pasando. Que el sistema climático cada año tenga un excedente de energía apartándolo del equilibrio térmico, implica, además de un sensible calentamiento del aire en el largo plazo, la exacerbación de los extremos meteorológicos y climáticos; esto es según la teoría. Esta exacerbación se da en escala regional, y puede darse como extremos de precipitación (días de mucha lluvia, o de sequía prolongada), o como extremo de temperatura (más olas de frío, más olas de calor). Por eso también solemos llamar a este proceso “cambio climático” casi como equiparable e intercambiable con el de “calentamiento global”. Esto es así porque experimentamos que los climas de las regiones están cambiando, especialmente en sus valores medios y extremos.

En el mes de marzo pasado, aunando el esfuerzo de varios Centros Climáticos Mundiales, se pudo procesar un pronóstico climático estacional para el trimestre de Junio-Julio-Agosto (nuestro invierno) para todo el globo, anticipando la información en tres meses. La Figura 1 muestra el mapa producido con el “ensamble” (promedio) de 27 simulaciones producidas por 9 Modelos Climáticos Globales. Se trata del mapa experimental de anomalías de temperatura de superficie para el presente invierno. Las tonalidades en rojo indican calentamiento del aire, y las tonalidades en azul, enfriamiento del aire. De la figura se hizo evidente dos cosas: ya en marzo veíamos que gran parte del planeta en los meses que venían del trimestre Junio-Julio-Agosto, iba a experimentar intenso calentamiento respecto a lo normal. Pero, sin sorpresa, el sur de Sudamérica, en particular Argentina, iba a experimentar un invierno más frío de lo normal. Del mapa se hace incuestionable que, si promediamos la temperatura global, el resultado será un valor positivo de anomalía de temperatura global, o sea calentamiento, aunque regionalmente, Argentina, presenta temperaturas frías.

fig1

Figura 1: Ensamble de 27 simulaciones de 9 Modelos Climáticos Globales. Anomalía de la temperatura de superficie, respecto a la climatología 1981-2010. Pronóstico estacional experimental realizado en marzo del 2016, para el trimestre Junio-Julio-Agosto 2016. Escala de colores en grados centígrados.

 

El resultado del mapa tiene una explicación conocida por los climatólogos, es parte de la dinámica del clima. La Figura 2 es el mismo mapa de la Figura 1 pero con un pronóstico elaborado más recientemente, en el mes de mayo, con lo cual al estar más cerca del trimestre Junio-Julio-Agosto, la predicción puede llegar a ser más precisa. Vemos que la señal global sigue siendo la misma: todo el planeta se estará (se continuará) calentando durante este invierno. Sobre Argentina prevalece la señal fría, pero más acotada al centro-norte del país. Este resultado se parece, por lo menos hasta ahora, más a lo observado en nuestro país. Con lo cual, podríamos decir: pues sí, este invierno nos tocará más frío que otros, pero hete aquí que el planeta se sigue calentando.

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Figura 2: Igual que la Fig. 1, pero realizado en mayo del 2016. [Ensamble de 27 simulaciones de 9 Modelos Climáticos Globales. Anomalía de la temperatura de superficie, respecto a la climatología 1981-2010. Pronóstico estacional experimental realizado en mayo del 2016, para el trimestre Junio-Julio-Agosto 2016. Escala de colores en grados centígrados.]

 

¿Qué ocurrirá en el trimestre de primavera? El resultado experimental de los modelos arroja que tendremos en Argentina una primavera cercana a lo normal, tirando a un poquito más cálida y, sobre todo, seca… pero bien, no muestro la figura porque, como ya he dicho, se trata de un resultado experimental. Cuando llegue septiembre, veremos qué empieza a ocurrir.

* Eduardo Agosta Scarel es Doctor de la Universidad de Buenos Aires en Ciencias de la Atmósfera y los Océanos. Es Investigador Adjunto del CONICET en el Equipo de Estudios en Clima, Ambiente y Sociedad de la Facultad de Cs. Fisicomatemáticas e Ingeniería

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